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Estimados padres y cuidadores,

¡Bienvenido a octubre, un mes lleno de oportunidades para la exploración sensorial! Este es un momento en el que naturalmente pensamos en cómo involucrar a los niños en experiencias sensoriales, ya sea a través del tacto, el gusto, la vista, el sonido o el olfato. Pero como cuidadores de niños de 0 a 3 años, nuestro papel en el apoyo a la exploración sensorial es en realidad bastante simple: simplemente los dejamos estar.

Experimentar el mundo a través de sus sentidos es algo que todos los seres humanos hacen de forma natural, especialmente los niños pequeños. Como cuidadores, a menudo sentimos la necesidad de “hacer” algo para crear experiencias significativas, pero a veces, el mejor enfoque es dar un paso atrás y permitir que los niños exploren por su cuenta. Me inspira el enfoque de Reggio Emilia para el cuidado de la primera infancia, que enfatiza la idea de “provocación”. Esta filosofía implica colocar materiales u objetos intrigantes en el entorno que provoquen la curiosidad natural de los niños. Una vez que se despierta esa curiosidad, los niños usarán instintivamente sus sentidos para explorar y satisfacerse.

Por ejemplo, una provocación en un aula de primera infancia podría ser tan simple como crear un área llena de objetos azules seguros e interesantes. No necesitas explicarlos ni guiarlos, solo colócalo en un área donde los niños lo noten. Su curiosidad y sentidos naturales los llevarán a investigar, explorar y aprender.

Aquí hay cinco provocaciones sensoriales simples que puedes probar con tu hijo:

  1. Exploración de objetos naturales: Coloque una colección de hojas, piñas y piedras en una cesta para que los niños las toquen, huelan y observen.
  2. Estación de juegos con agua: Coloque una cubeta poco profunda con agua, esponjas y tazas para que los niños sientan la textura del agua y practiquen con ella.
  3. Pared de textura: cuelgue diferentes telas como terciopelo, arpillera y seda en un área accesible para que los niños puedan explorar texturas con sus manos.
  4. Tarros de sonido: Crea pequeños recipientes llenos de diferentes materiales como arroz, frijoles o arena, permitiendo a los niños sacudirlos y explorar diferentes sonidos.
  5. Juego de luces y sombras: coloca una pequeña lámpara con objetos translúcidos cerca, dejando que los niños exploren cómo la luz interactúa con diferentes formas y colores.

Estas simples provocaciones permiten a los niños involucrar sus sentidos de una manera natural y alegre, y a menudo requieren muy poco del cuidador, aparte de crear un entorno para la exploración.

Este octubre, centrémonos en animar a los niños a usar sus sentidos, despertando curiosidad sin necesidad de guiarlos en cada paso. Como cuidadores, puede ser gratificante simplemente observar cómo los niños exploran, aprenden y crecen cuando se les da el espacio y la libertad para hacerlo.

En paz

Señorita Emmy

Director Ejecutivo