Adaptación y transición: la vuelta de 3K
Comienza septiembre y con la entrada de un nuevo mes iniciamos un nuevo año escolar para 3K. La prioridad, como siempre, es que los niños y niñas se sientan seguros y confiados en el nuevo ambiente para apoyar sanamente su desarrollo de forma plena. Cuando hablamos de adaptación, hablamos de estos sentimientos en específico. Que los niños se sientan seguros en el nuevo entorno, no simplemente en el sentido de que no lloren o extrañen a su familia, sino de que se sientan emocionalmente disponibles para explorar y aprender.
Nuestros niños se enfrentan a retos, desde la tradicional ansiedad por separación, pasando por el miedo a lo desconocido, hasta las limitaciones del lenguaje. De las educadoras queda ser el soporte y apoyo para que la transición sea amable. Las estrategias de transición pasan por el cuidado limitado a un tiempo específico por unos días; prácticas individualizadas, e incluso, permitir que los niños traigan algún objeto con el que puedan sentirse conectados.
Aquí solo recordamos algunas buenas prácticas que alentamos a nuestras educadoras a seguir practicando. Reforzar en estos primeros días las rutinas de cuidado y sus horarios. Haciendo que el espacio se haga habitual, de manera que la familiaridad de las prácticas traiga tranquilidad y claridad. Utilizar tonos amables y llenar de lenguaje todo el proceso de los primeros días. Es importante reconocer, que mientras más palabras ponemos en el mundo, más prácticas se materializan. El vínculo eficiente: mover nuestro cuerpo hasta ponerlo en el campo visual del niño, dejarle hablar y que transmita sus ideas y cuidar su espacio propio y autónomo de explorar en libertad. Prácticas como estas hacen que llenemos de armonía la vuelta a 3K.