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Hola, junio

Un nuevo mes significa un nuevo comienzo. Junio trae consigo el cálido sol, días más largos y la sensación de que todo es posible. Los niños lo sienten en sus cuerpos. Se mueven con libertad, ríen más fuerte y se asombran con las pequeñas cosas.

De donde yo vengo, la República Dominicana, el inicio del verano se sentía como libertad. Jugábamos todo el día al aire libre. Trepábamos árboles para disfrutar de las frutas de temporada, inventábamos juegos en grupo como la lleva, jugábamos a la casita afuera y solo entrábamos cuando el sol comenzaba a esconderse. Incluso disfrutábamos los días de lluvia, en los que sin duda nos bañábamos bajo el aguacero y nos deslizábamos por las cascadas. Visitábamos más a menudo las playas para gozar de las olas suaves y de la temperatura cálida que envolvía nuestros cuerpos, donde pasábamos horas enterrándonos en la arena y construyendo castillos a la orilla del mar.

Para dar la bienvenida a junio con los niños, empiecen con una caminata. Dejen que sean ellos quienes la guíen. Observen las flores, escuchen a los pájaros, sientan la brisa cálida. Miren cómo trabajan las hormigas. Deténganse cuando ellos se detengan. Hablen cuando ellos hablen.

Incorporen el agua en sus días. Llenen una tina, un recipiente o incluso una hoja. Permítanles sacar, verter y salpicar. Ofrézcanles tareas reales con agua, como lavar juguetes o ayudar a enjuagar vegetales. Déjenlos mojarse.

Permitan que los niños planten flores u otros tipos de plantas; no se preocupen por la tierra o los insectos. Los niños crecen fuertes y curiosos cuando exploran el mundo con sus manos y pies. No hace falta hacer manualidades ni juegos dirigidos por adultos. Solo sigan su guía.

Este mes, mantengan las cosas simples. Abran la puerta. Permítanse dejarse llevar por la alegría. Que junio esté lleno de maravillas.

Que nos traiga paciencia, juego, sol y risas.