En la Casa Pikler de Budapest, un enfoque único del cuidado enfatiza la importancia de mantener relaciones profesionales entre los cuidadores y los niños. En esta publicación de blog, exploramos las ideas de Eszter Mózes, una psicóloga que trabajó en estrecha colaboración con Emmi Pikler, con respecto al papel de las emociones del cuidador y los límites necesarios para brindar una atención óptima. Con un enfoque en la comunicación clara, el profesionalismo y la comprensión de las necesidades del niño, Pikler House crea un ambiente que fomenta relaciones saludables entre los cuidadores y los niños.
En las profundas palabras de G. Appell, un importante contribuyente al sistema de acogida en Francia y autor de » Loczy o la Maternidad Inusual», resume maravillosamente la esencia del cuidado: «Una madre atiende a su hijo por amor, mientras que el amor de una cuidadora nace del acto mismo de cuidar al niño».
Establecimiento de relaciones profesionales:
Según Eszter Mózes, tener una conversación profunda sobre los sentimientos de un cuidador es una tarea compleja. La Casa Pikler reconoce que si bien los cuidadores pueden tener afecto por los niños que cuidan, es vital establecer una comprensión clara de su función. El principal deber del cuidador es brindar un cuidado honesto y genuino al niño, sin crear falsas ilusiones o dependencias emocionales. La relación entre el cuidador y el niño es asimétrica: el cuidador mantiene un rol profesional mientras que el niño se involucra a nivel personal.Separar las emociones personales y profesionales:
Un principio fundamental en Pikler House es la necesidad de que los cuidadores dejen sus emociones privadas en casa. Si bien los cuidadores obtienen satisfacción y placer de su trabajo, deben evitar buscar la realización personal o el apoyo emocional a través de los niños. Los cuidadores deben recordar que son profesionales que brindan un servicio, en lugar de enredarse emocionalmente. El enfoque permanece en las necesidades y el bienestar del niño, asegurando una relación cuidador-niño sana y adecuada.Límites profesionales y comunicación:
El enfoque de Pikler permite el afecto físico, como besos y abrazos, pero solo cuando lo inicia el niño, no el adulto que lo cuida. Esto enfatiza la importancia de respetar los límites y deseos del niño, en lugar de usarlos para satisfacer las necesidades emocionales del cuidador. Es crucial que los cuidadores le comuniquen claramente al niño que su relación es temporal y profesional. Aunque los cuidadores pueden desarrollar vínculos estrechos con los niños, siempre deben reconocer la duración limitada de su participación, enfatizando su compromiso de brindar el mejor cuidado durante el tiempo que pasan juntos.Sensibilidad emocional y atención centrada en el niño:
Si bien los cuidadores pueden expresar sus emociones, es fundamental mantener el equilibrio emocional y no abrumar a los niños con preocupaciones de adultos. Esto incluye mostrar emociones como el cansancio o el hambre de forma discreta, asegurando que el bienestar emocional del niño siga siendo la prioridad. Los cuidadores entienden que las necesidades de un niño van más allá de recibir el amor de los adultos; se trata de prestar atención a sus requisitos únicos, asegurando su crecimiento y desarrollo holísticos.Autenticidad y Narcisismo:
Trabajar en Pikler House requiere un esfuerzo consciente para dejar de lado el narcisismo personal y priorizar las necesidades de los niños. Los cuidadores de Pikler House no son artistas ni organizadores de actividades; su función se centra en brindar atención y apoyo genuinos. Es esencial reconocer que este enfoque podría no ser adecuado para las personas que buscan un reconocimiento constante o para aquellas a las que les resulta difícil priorizar el bienestar del niño por encima de sus propios deseos.Dejar espacio para los padres:
Para los cuidadores que están presentes en la vida de un niño por un período breve, es fundamental crear un espacio para los padres. Este espacio no es físico sino emocional, permitiendo al niño formar su propia imagen de familia. Incluso los niños sin familia inmediata necesitan este espacio para desarrollar su propia percepción de lo que puede ser una familia, ya sea un recuerdo, un futuro ideal o una pequeña imagen. Respetar la conexión del niño con su propia familia, independientemente de su forma, es una parte integral de la filosofía de cuidado de Pikler House.
