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Hace dos años cuando comencé a trabajar en #PSFAMILYNYC una proveedora de cuidado infantil me dijo unas palabras que aún me suenan frescas en la memoria. La voy a citar, porque hoy más que nunca sus palabras deben ser resueltas, pensadas, y reflexionadas desde lo que hacemos diariamente. Desde cómo nos acercamos no solo a los programas de cuidado infantil, sino también a nuestras prácticas profesionales. La proveedora me dijo:

“Jaime, ahora quieren que uno estudie tantas y tantas horas. Una para cambiar pañales no tiene que estudiar. Darle comida a los niños, verles jugar y cambiarle los pañales. No es ciencia eso."

La proveedora tal vez no lo sabía, o lo hizo con toda la intención, pero me definió en ese comentario lo que para ella es el cuidado infantil. Siempre cuento esta anecdota con los compañeres de trabajo al momento de adentrarnos a temas educativos o curriculares. Sin embargo, pocas veces he pedido que me compartan su definición de lo que es el cuidad infantil. Claro que hay que cambiar pañales, claro que hay que verles jugar (en esto insisto, las observaciones son primordiales), claro que hay que alimentarles, pero, ¿esto es el cuidado infantil?

Para ser honesto, me preocupó su respuesta. Porque si bien menciona cotidianidades del cuidado infantil, esto se perfila lejos de lo que yo entiendo como cuidado infantil. Para mí el cuidado infantil es facilitar un espacio seguro para que las y los infantes se descubran. Que descubran que se mueven, que tienen reflejos, que disciernen en colores. Que descubran un mundo que cada milicentímetro es nuevo para ellos. Que se enfrenten a su única misión de la infancia: descubrir. En este sentido el cuidado infantil es expandir las posibilidades de desarrollo, de crecimiento, de cuestionamiento, de fortalecimiento de la infancia. El cuidado infantil es defender la curiosidad y estimularla. 

Compartir con ellos sus primeras experiencias mientras forman su caracter, mientras toman confianza de ser, mientras simulan nuevos sonidos, gestos y prácticas. Para eso, hay que estudiar. Porque incluso cuando cambiamos pañales enseñamos consentimiento. Cuando damos comida, enseñamos nutrición y cuidado. Cuando les vemos jugar, observamos su desarrollo social y físico. Las rutinas de cuidado, eso lo más cotidiano es donde pasa mucha transmisión de conocimiento durante la infancia. Es el espacio de socialización primaria en la infancia. Y eso requiere que nos preparemos lo mejor posible. 

Por eso, en nuestro día de desarrollo profesional, hablaremos sobre las rutinas de cuidado. Pero antes, para ti, ¿qué es el cuidado infantil?